Haití

«Pa gen pwoblèm» es una de las frases más recurrentes en boca de los haitianos y significa que «no hay ningún problema». Representa bien dos de los rasgos más típicos de la población de este país. Uno es el optimismo innato y el otro es la mezcla cultural de un pueblo que en su gran mayoría habla el criollo haitiano, idioma que mezcla el francés con dialectos del África oriental.

El hecho de ser una tierra atravesada por diferentes historias y culturas, que conviven y se mezclan, es la base no solo de la lengua, la música y la danza haitianas, sino también de la cocina local (muy famosa), la arquitectura y la cultura en general. Tampoco es una excepción la espiritualidad de un país en el que el vudú, incomprendido durante mucho tiempo, representa una religión de gran profundidad que se desarrolló en África y se introdujo en secreto entre los rituales católicos de los misioneros europeos.

Haití es uno de los dos países en que se divide la isla de La Española (el otro es la República Dominicana), de la que ocupa aproximadamente 1/3 de la superficie en la parte más occidental. El territorio de Haití es en gran parte montañoso, con picos que superan los 2000 metros, como el Pico la Selle (2680 m), el más alto del país. Hay pocas llanuras. También forman parte de su territorio algunas islas más pequeñas, como las islas de la Guanaba y de la Tortuga, que son las más conocidas y un mítico refugio de piratas y bucaneros.

El clima es tropical, con precipitaciones más abundantes en las zonas septentrionales y en las áreas montañosas correspondientes. Como se sabe, por el territorio haitiano pasan tormentas tropicales y huracanes. Las primeras suelen ocasionar lluvias abundantes, especialmente en las zonas del interior. Los huracanes son más frecuentes entre agosto y octubre.

Llevamos trabajando en Haití desde 2012 gracias a la colaboración con AVSI, con quien apoyamos y coordinamos el trabajo de muchas cooperativas de agricultores. AVSI es un socio con una larga y probada experiencia de trabajo en Haití, que se remonta a 1999 y cuenta con numerosas intervenciones en el ámbito de la asistencia sanitaria y del apoyo a la alimentación y el desarrollo agrícola de las comunidades locales.

Las actividades de plantación se concentran principalmente en el sur, en las zonas montañosas del departamento de Los Cayos, y en el norte, en la zona de Grande-Rivière-du-Nord y de Bahon. El contexto geográfico y climático es sumamente propicio para la plantación múltiples variedades, pero el objetivo es realizar proyectos con una perspectiva de largo plazo que involucren a las comunidades locales y creen una alianza con los árboles que custodiarán.

El sistema de plantación adoptado de acuerdo con los agricultores locales sigue patrones agroforestales y combina especies forestales y frutales: naranja, aguacate, mango, cedro, cacao y café. Tiene como fin, por un lado, reducir los procesos erosivos debidos al desequilibrio hidrogeológico y, por otro, incentivar la productividad de las áreas rurales plantando árboles frutales para brindar una vía de ingresos alternativa a la tala ilegal y a la venta de madera o a su utilización en la producción de carbón.

Entre las ventajas ofrecidas, también se encuentran las de carácter formativo, puesto que al proyecto se han sumado ya para las actividades de plantación, además de los agricultores, estudiantes de algunos centros educativos de la zona para seguir las actividades y aprender técnicas de gestión de cultivos.