República Dominicana

Cristino Gómez no solo es un joven poeta dominicano (nacido en 1987), sino también profesor de Ingeniería Agroempresarial en un instituto politécnico de su país. Así que no es por casualidad que sus poesías se inspiren a menudo en la naturaleza y que los versos que abren esta página sean ideales para relatar nuestro trabajo. «Una plantita que jamás perecerá», en la poesía de Gómez es la planta del amor por una persona, pero también relata a la perfección el amor por la naturaleza y las comunidades locales. El mismo amor que ponemos al realizar todos nuestro proyectos, incluidos los de la República Dominicana.

De plus, Cristino Gómez est né à Loma de Cabrera, qui est exactement dans cette zone, à la frontière entre la République dominicaine et Haïti, où nous travaillons et continuerons à travailler dans les années à venir. Il s'agit d'une zone où la coexistence entre l'homme et l'environnement naturel n'est pas toujours facile et, surtout ces derniers temps, on a assisté à une augmentation de l'exploitation des terres à des fins agricoles et d'élevage.

El territorio de la República Dominicana ocupa los dos tercios orientales de la isla La Española, cuyo tercio occidental pertenece a Haití. En el sur, la isla está bañada por el mar del Caribe, mientras que en el norte lo está por el océano Atlántico. A excepción de una vasta llanura costera en la parte suroriental y las tierras bajas en el centro del país, gran parte del territorio dominicano está formado por zonas montañosas.

El clima de la República Dominicana es típicamente tropical caribeño y el fenómeno sin duda más relevante es el de las tormentas tropicales o, peor aún, el de los huracanes, los ciclones tropicales del Atlántico y del Caribe. El periodo en el que el territorio dominicano puede verse sacudido por huracanes abarca de junio a noviembre, pero es entre agosto y octubre cuando hay mayor probabilidad de que pueda producirse esta eventualidad. Estos fenómenos extremos eran menos frecuentes hace un tiempo, pero diversos estudios indican que en los últimos años ha aumentado su frecuencia. Menos destructivas que los huracanes son las tormentas tropicales. No obstante, estas pueden ocasionar daños notables, sobre todo en las áreas montañosas internas, donde provocan desprendimientos e inundaciones.

Trabajamos desde 2012 en Haití, por lo que estamos presentes en la isla La Española desde hace más de una década, madurando una experiencia que ha sido la mejor preparación para iniciar el trabajo también en este país nuevo para nosotros, pero cuyo territorio es en gran parte coherente, en términos climáticos y medioambientales, con el de Haití. Sobre todo porque la zona de inicio de estos primeros proyectos (que queremos desarrollar y ampliar con el tiempo) se encuentra justamente en un área próxima a la frontera con Haití.

Estamos en las provincias de Dajabón y Santiago Rodríguez, en la franja fronteriza entre la República Dominicana y Haití. Se trata de una zona de débil desarrollo económico, en la cual la presión de la actividad humana resulta particularmente fuerte sobre el medio ambiente: las actividades agrícolas y de ganadería han desencadenado una labor de deforestación de creciente intensidad, para la creación de espacios de cultivo y destinados al pasto. Además, las actividades económicas de la zona son mayoritariamente agrícolas, muy a menudo de monocultivos y poco mecanizadas.

Los proyectos que estamos desarrollando en esta parte de la República Dominicana seguirán tres ejes centrales de trabajo. El primero se centra en la reforestación de algunas vertientes cuyos terrenos se han visto particularmente deteriorados y que, por tanto, están sujetos a riesgo de escorrentía y potencialmente también de desprendimiento y corrimientos de tierra. Restablecer la cobertura arbórea protege el terreno de la lluvia directa y lo retiene gracias a la presencia de las raíces.

El segundo eje consiste en la plantación de árboles, la mayor parte frutales, en contextos agroforestales con la implicación de comunidades locales de agricultores, al más puro estilo de nuestros modelos de trabajo: ellos plantan, ellos cosechan. El tercero pasa por ayudar a las autoridades locales a mejorar la gestión de viveros locales para la producción de árboles para plantar. Tres líneas de trabajo para obtener el mismo resultado: contribuir a un territorio más verde y más justo. Un proyecto que estamos deseosos de hacer crecer aún más. Queda por añadir que, con este proyecto, se quiere integrar a las personas emigradas de Haití mediante proyectos agroforestales con un potente beneficio económico (supone un trabajo añadido, pero que veíamos importante hacer).